El café colombiano es famoso en todo el mundo por su calidad y delicioso sabor; de hecho, junto con el de otros países, el café de Colombia se considera uno de los mejores del mundo. Pero ¿qué hace que el café de un país sea mejor que el de otro? ¿Acaso no se trata solo de café? La respuesta es no, así que sigue leyendo para descubrir qué hace que el café colombiano sea tan bueno.
Geografía y clima
Colombia posee una geografía casi perfecta para el cultivo de café, un cultivo delicado que requiere condiciones precisas para su óptimo desarrollo. La riqueza de sabor por la que el café colombiano... Su prestigio se debe principalmente a un clima excelente, un suelo perfecto y la cantidad justa de lluvia. El café prospera en lugares con al menos 200 centímetros (80 pulgadas) de lluvia al año, así como en zonas donde la temperatura nunca baja de cero grados.
El terreno montañoso de Colombia, su ubicación tropical, sus abundantes lluvias —con la cantidad justa de luz solar— y su clima relativamente templado la convierten en un país increíblemente perfecto para el cultivo de café. Se suele decir que Colombia fue bendecida con su asombrosa biodiversidad y la amabilidad de su gente, pero, sin duda, su mayor bendición ha sido un clima y una geografía ideales para cultivar algunos de los mejores cafés del mundo.
El proceso de cultivo y cosecha
Este factor es crucial para producir un café de primera calidad . No basta con tener el clima y el terreno perfectos si los métodos de cultivo y recolección son deficientes o mal ejecutados. El mejor café se cultiva en laderas empinadas, rodeado idealmente de árboles y diversas plantas —que proporcionan la sombra necesaria y evitan que los granos se quemen con el sol abrasador— y cada grano se recolecta a mano. Sí, has leído bien: cada uno de los casi 600.000 productores de café en Colombia recolecta toda su cosecha a mano.
Este proceso de recolección manual no debe subestimarse. Una máquina no puede distinguir entre granos verdes, granos inmaduros, granos demasiado maduros y la cereza de café ideal. Pero un ser humano sí, y el arduo trabajo y las ampollas en los dedos de decenas de miles de recolectores de café dan fe de la dureza de su labor; sin embargo, vale la pena para el amante del café, ya que el proceso de selección garantiza que solo los mejores granos lleguen a su taza (aunque los granos de menor calidad se procesan y, lamentablemente, terminan en las tazas de la mayoría de los colombianos, mientras que los de primera calidad se destinan a tazas extranjeras).
El tipo de café
El café no es simplemente café. Existen dos tipos diferentes de grano de café: arábica y robusta (además de nuevas variedades producidas dentro de estas dos especies). Colombia, con su terreno y clima perfectos, es uno de los pocos países que produce granos 100% arábica. Pero ¿qué tiene esto que ver con la calidad del café colombiano?
Es muy sencillo. El arábica se considera por muchos el grano superior, y se caracteriza por un sabor más dulce y ligero, además de contener menos cafeína (aproximadamente la mitad) y notas ácidas más intensas. En resumen, el arábica produce una taza de café más sabrosa y con más cuerpo que el robusta, y el hecho de que Colombia sea 100% arábica garantiza un café excepcional.
Como ya dijimos, no hay nada que se pueda hacer para salvar ni siquiera el mejor café del mundo si el tueste es malo, se ha almacenado incorrectamente o si simplemente le echas agua hirviendo y esperas un café de primera. Sin embargo, si quieres disfrutar de una taza del mejor café del mundo, no busques más allá de Colombia. ¡Y ahora ya sabes por qué el café colombiano es tan bueno!
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